lunes, 22 de febrero de 2010

28. "Colgada al borde de la desidia...

Dicen los niños de Primero de E.S.O. que ellos pasan sus tardes frente al televisor, inmersos en los debates, que ellos aseguran apasionantes, de un programa de corazón en el que los colaboradores bailan, cantan, meriendan, y hasta discuten en directo, todo ello de una forma tan real "que parece que están en tu salón, profe, y es como si tú estuvieras ahí, en la tele". Así que comparten sobremesa con un famoso de medio pelo, un ex concursante de reality, la ex pareja de un maestro y un puñado de periodistas que se enredan en batallas verbales imposibles y que, desgraciadamente, ya han pasado más allá del intercambio de palabras en alguna ocasión. Y creen estos niños que, al igual que en su programa, puede el delegado copresentar la clase y el repetidor del fondo está estratégicamente colocado para dirigir la evaluación oral. "La tele es como la vida - me dice A. con todo convencimiento-, sólo que en la vida no hay anuncios". Interviene M. con rapidez: "Y cada vez se le parece más, que en la uno ya no hay ni anuncios".
... cuelgan mis pies sobre el vacío".