miércoles, 10 de marzo de 2010

37. "Muchas veces se suelen perder los hombres...

Tuve una alumna monísima que salía con un chico repetidor, un poco rebelde, el gallito de su clase y yo diría que hasta de todo su curso. Siempre se colaba por los pasillos de los departamentos, lugar vetado para los estudiantes, y conseguía inventarse una excusa casi, casi convincente - el grado de convicción dependía siempre del profesor que le encontrara - y salir indemne de ello. Y no se quedaban ahí sus hazañas. Fumador de recreo, se las apañaba para poner los pies fuera del recinto y exhalar el humo del cigarro através de la verja del centro. Experto en pires colectivos de grupos enteros organizados en pocos minutos, en el descanso de cinco minutos entre Biología e Inglés, cada uno de los cursos que ha sido la imagen del instituto, para bien o para mal, ha sido escogido delegado y ha arrastrado sus pantalones caídos hasta jefatura con las reivindicaciones más exóticas y esperpénticas. Me ha comentado una ex compañera que ahora viven juntos, en un piso de protección oficial, que ella cree que la chica está embarazada y que está segura de que se ha quedado atrapada en esa vida de un pueblo pequeño, en la que el hombre aún marca la pauta de las relaciones y del hogar, y que ella, aún demasiado joven, se ha encontrado por primera vez sola ante el hombre cuyas gamberradas le hacían reír y probablemente se haya atragantado con sus lágrimas.

... por el camino mismo que pensaban remediarse".