lunes, 29 de marzo de 2010

45. “La amistad de un solo sabio vale más …

N. acaba de dar a luz. Su compañero nos recibe en la puerta del hospital, nos estrecha las manos, abraza y besa con total entrega, a la vez que aplasta febrilmente su cigarrillo contra el asfalto y restriega, una y otra vez, la suela contra el suelo, haciendo un extraño dibujo con la ceniza. “Estar mucho felices, mucho felices, mucho, mucho. Mis padres venir. Llegar mañana avión. Conocer niño, mucha ilusión. N. mucho contenta. Mucho sueño. Niño llorar. No saber qué hacer para contento”. Nosotros asentimos mecánicamente. “Aquí dar vacaciones por niño. Pocas. Casi no vacaciones por niño. Niño llorar. Llorar mucho. Pero mucho, mucho felices”. Menos mal que reconozco a N. bajo esas ojeras y veo que esconde un orgullo que me es familiar. Una mirada basta.


…que la de un gran número de locos”.