viernes, 26 de marzo de 2010

44. “Cuidado con la tristeza…

Dice H. que escribo siempre cosas tristes, que parece por mis textos que mi vida es el valle de lágrimas, de aquellos catecismos de tapas gastadas que nos hacían leer, y releer, en las interminables tardes de sábado en la iglesia. Y no digo yo que no tenga escritos negativos o poco optimistas pero, ¿es que la vida es un cúmulo de alegrías sin fin? ¿Siempre se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío? Hay ocasiones en las que uno tiene que sentir pena, angustia, desesperación o lo que le toque, porque esa, señores, es la única forma de poder distinguir y apreciar la alegría, la verdadera felicidad cuando ésta tiene a bien presentarse, con todo su oropel de sencillez, en nuestras vidas.


… es un vicio”.