viernes, 19 de marzo de 2010

41. ¿El fantasma o Tú? ¿Tú o el fantasma?¿Cuál eres tú?

Uff, qué difícil mirarte a los ojos así, directamente, sin esconderme tras las gafas de sol, sin jugar a que no recuerdo cómo éramos cuando estábamos juntos, en aquellos tiempos en los que tú aún aporreabas la guitarra y yo creía que podría aprender a cantar. En lo más oscuro de tus pupilas puedo contemplar cómo bailábamos sobre la barra del bar de N. cuando aún no había comenzado la noche y tú estabas a punto de acompañarme a casa, y yo quería fingir que era una de las camareras pechugonas y que si mis padres no se empeñaran en controlarme tanto, si no fuera prisionera de todas esas normas absurdas, yo podría bailar contigo toda la noche bajo la lluvia de febrero y calarnos hasta los huesos.

Tumbada en mi cama, soñando despierta sobre el jardín de flores rosas y azules del edredón, te imaginaba tan guapo, tocando en el local de turno, con un público enfebrecido a tus pies. Me sentía allí, flotando sobre el humo del tabaco, observándote en silencio, llena de admiración.

Me dormía cada noche con una sonrisa en los labios.

¿Era eso lo que querías sabes? A pesar de todo lo que pasó, de lo que no fue bueno, de lo que resultó bastante malo. A pesar de todo lo pasado, no me pesan nuestras travesuras, el eco de mi risa en tu cuello, aquella canción que siempre te pedía que me tarareras.

Sí, sí. Ninguna de aquellas noches amanecieron mis flores empapadas
.


"El problema es tener que abandonarte a ti a cambio de un fantasma".