viernes, 6 de noviembre de 2009

9. "Es una locura amar...

Qué difícil es decir te quiero. Decirlo de verdad. Sacarlo de las entrañas, así, caliente, palpitante, como la sangre que te corre por las venas. ¿Se puede decir te quiero con responsabilidad? Sin dar alas a quien nunca dejarías sobrevolar tu cielo, supongo. Los compañeros de café, con los que paseamos bajo la lluvia demasiado tiempo no suelen convertirse en amores de carne y hueso. Y si un día te despiertas con un sabor de boca desagradable, como de agua estancada que no quiso colarse por los sumideros después de una buena tormenta, sabrás de lo que te hablo.

Dicen las niñas de dieciséis que les sobran los “tequieros”. Que ellas los pintan en sus brazos como tatuajes de sangre azul sin ningún vestigio de cuento. Que lo teclean de forma obsesiva en sus móviles, tanto a primos, amigos, sobrinos, vecinos... como al pobre compañero de pasillo que intenta atisbar bajo su falda cuando salen a la pizarra. Y mis ojos silenciosos observan encendidos. También los hay con k, mucho más informales, más modernos, “es que son más cool, profe”. Y sonrío, como quien no sabe de qué va todo eso. Como si yo nunca hubiera bailado en esa fiesta. Aún puedo tararear su melodía, pequeña. Pero me guardo el secreto.

Los peores son los que se deben decir al ex que quiere ser tu amigo. Sí, aún eres importante para mí, ya no siento aquello pero quién sabe si podremos compartir una copa en el bar este sábado por la noche. Y nos diremos te quiero como si nos siguiera sabiendo a miel y no a garrafón y a un gloss barato. ¿Y le quieres así? Sí, sí, -veo la afirmación en sus pupilas- le quiero como a cualquiera. Somos muy libres. Nosotras somos de izquierdas.

¿Será que con la edad nos cuesta más sacarnos esas palabras de la boca? ¿Es que a los dieciséis están siempre en la punta de la lengua, todas cogiditas de la mano, dispuestas a salir de excursión al mínimo atisbo de calor? Tengo tanto que aprender…

... , a menos que se ame con locura".